Durante décadas, la salud y la seguridad en Europa y el Reino Unido se han definido por lo tangible: EPIs, resguardos de maquinaria, evaluaciones de riesgos, resbalones y tropezones. Pero en 2025, uno de los mayores riesgos a los que se enfrentan las organizaciones no se puede ver, tocar ni detectar claramente en una inspección de seguridad tradicional. Se trata de la seguridad psicológica, y está a punto de volverse tan crítica como la seguridad física para el cumplimiento normativo, la cultura y el rendimiento.
El cambio de la "Seguridad del EPI" a la "Seguridad Integral de la Persona"
En España, tanto el Instituto Nacional de Seguridad y Salud en el Trabajo (INSST) como la Inspección de Trabajo y Seguridad Social (ITSS) han señalado (especialmente a través del Criterio Técnico 104/2021) que las empresas deben evaluar y gestionar todos los riesgos en el lugar de trabajo, incluidos obligatoriamente los riesgos psicosociales, tales como:
- Estrés laboral y el síndrome de desgaste profesional (conocido como burnout).
- Acoso laboral (conocido técnicamente como mobbing) y hostigamiento.
- Cargas de trabajo excesivas, ritmos elevados, jornadas prolongadas o plazos inasumibles.
- Discriminación, desigualdad o exclusión en el entorno laboral.
- Fatiga física o mental vinculada a la organización del trabajo, (turnos, trabajo nocturno) o a una mala planificación de los horarios (incluyendo la falta de desconexión digital).
El 58% de los trabajadores en España afirma sufrir estrés a diario en el trabajo. Si a esto le sumamos el énfasis de la UE en la gestión de riesgos psicosociales (a través de normas como la ISO 45003), la conclusión es clara: la salud mental ya no puede quedarse callada en el rincón del "bienestar" de Recursos Humanos. Es, sin lugar a dudas, una cuestión de EHS.
¿Por qué esto es importante para los líderes?
Desde el COVID-19, las bajas por enfermedades relacionadas con la salud mental han aumentado un 175%. Por si eso no fuera suficiente, las organizaciones que ignoran los riesgos psicosociales se enfrentan a:
- Riesgo legal: Las demandas relacionadas con el estrés y los tribunales laborales van en aumento. Los reguladores esperan una gestión proactiva.
- Riesgo reputacional: Una publicación de un denunciante (whistle-blower) en LinkedIn puede volverse viral, dañando su imagen de marca de la noche a la mañana.
- Riesgo de productividad: La fatiga y la falta de compromiso contribuyen directamente a accidentes, cuasi accidentes y absentismo.
- Riesgo de cumplimiento: Los sistemas de gestión de seguridad que excluyen los peligros psicosociales fallarán cada vez más en las auditorías.
La cruda realidad es que muchos líderes de EHS todavía tratan la salud mental como el problema de otro departamento. Pero, al igual que ignorar un fallo en una máquina es un fracaso de seguridad, ignorar el riesgo psicosocial es ahora un fallo de cumplimiento.
El desafío: Hacer visible lo invisible
A diferencia de una carretilla elevadora defectuosa, los riesgos psicológicos no aparecen en un registro de riesgos en negrita y color rojo. Es posible que los empleados no se sientan cómodos reportando estrés, agotamiento o acoso. Puede que los gerentes ni siquiera sepan cómo registrarlo. Esto convierte a los peligros psicosociales en los "asesinos silenciosos" de la cultura de seguridad.
Por lo tanto, el desafío es doble:
- Crear confianza y canales para que los empleados planteen problemas de forma segura.
- Proporcionar a los líderes de seguridad datos confiables para actuar.
Donde el software EHSQ cambia las reglas del juego
Aquí es donde las plataformas modernas de EHSQ pueden marcar una diferencia medible:
- Reportes anónimos: Permita al personal registrar factores estresantes, problemas de fatiga o peligros psicosociales sin miedo a ser expuestos.
- Encuestas de pulso y seguimiento del sentimiento: Los controles breves y frecuentes pueden resaltar los "puntos calientes" de estrés antes de que se agraven.
- Paneles de puntuación de riesgos: Combine datos psicosociales con datos de seguridad física para obtener una visión global del riesgo en todos los entornos o departamentos.
- Gestión de acciones correctivas: Realice un seguimiento de las intervenciones (ya sea una revisión de la carga de trabajo, recursos adicionales o un cambio de política) con el mismo rigor con el que gestiona las investigaciones de accidentes.
- Formación y concienciación: Despliegue módulos de aprendizaje breves sobre resiliencia, gestión del estrés o prevención del acoso directamente a través del sistema EHS.
- Preparación para auditorías: Demuestra a los reguladores, auditores y aseguradoras que el riesgo psicosocial se está identificando, evaluando y gestionando sistemáticamente.
¿Qué deben hacer ahora las organizaciones europeas y del Reino Unido?
- Reconocer que los riesgos psicosociales son parte crítica de la estrategia EHS, no algo opcional.
- Interactuar con el personal desde el principio: construye confianza escuchando antes de medir.
- Integrar el reporte de peligros psicosociales en sus procesos de EHS ya existentes.
- Invierta en herramientas que hagan que los datos sean visibles y procesables, en lugar de agregar más carga administrativa.
- Alinearse con la norma ISO 45003: ahora es voluntaria, pero seguirla podría convertirse pronto en una salvaguarda de cumplimiento.
Conclusión: El próximo gran reto en EHS
La salud y la seguridad en Europa y el Reino Unido siempre han tratado de prevenir daños. La diferencia en 2025 es que el "daño" ahora incluye tanto riesgos físicos como mentales, y los reguladores, los empleados y los tribunales se están poniendo al día.
La seguridad psicológica no es un tema secundario, es un riesgo crítico empresarial. Las empresas que lo tratan con seriedad (con el mismo rigor que la seguridad de maquinaria o el almacenamiento de productos químicos) no sólo garantizarán el cumplimiento, sino que también obtendrán una ventaja en la atracción y retención de talento.
La pregunta es simple:
¿Está su sistema de gestión de seguridad a la altura de este desafío, o sigue siendo el riesgo psicosocial su punto débil?
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